Abrazo tras abrazo y buenos deseos. Esa fue la mañana de Felipe Gutiérrez en San Carlos de Apoquindo. La última que vivirá, al menos por esta etapa, como jugador del Plantel de Honor Cruzado. 

Y es que su arribo al fútbol holandés, es un importante paso en su carrera “cuando llegué a Católica fue algo muy sorprendente en mi vida. Yo no soy de Santiago y en tan poco tiempo me han pasado muchas cosas lindas e importantes. Creo que llegar a Europa es un sueño hecho realidad, yo soy muy apegado a mi familia, a mi madre y a mi hermano. Para los tres fue un paso muy importante en nuestras vidas. Me ha cambiado la vida, voy a ser sincero, notablemente. Amo el fútbol con mucha fuerza. Creo que eso me da las ganas para entrenar cada día, hacerlo bien, entregar el máximo y eso me ha llevado a lo que estoy consiguiendo ahora creo. Es producto del trabajo, un trabajo duro y es un premio al esfuerzo, así lo llamo yo”, señaló.

En la despedida, Felipe da las gracias a todos los que en algún minuto, lo ayudaron “pasé muchas cosas lindas en este Club, agradezco a los profesionales que trabajan acá: a los entrenadores, a mis compañeros, a los médicos, utileros…a muchas personas que ayudaron a formarme y que contribuyeron a lo que hoy soy, un futbolista profesional.”

También a los que ayudaron a que este importante paso, se concretara “agradecer también a don Jaime, a toda la dirigencia por darme la oportunidad de surgir en mi vida y partir a Europa. Agradecer al Twente por darme la posibilidad de comprarme y llegar al fútbol europeo, que creo es el sueño de cualquier jugador de acá y más que nada, agradecer a mi representante también, por ayudarme en todo este proceso que no fue fácil para mi. En general agradecer a todos, por la simpatía que me han dado, a mi familia, que me ha apoyado en momentos muy difíciles, a los hinchas también, que siempre me apoyaron cuando vestí la camiseta y decirles que la camiseta Cruzada siempre la voy a llevar por mucho tiempo y si algún día llego volver, espero hacerlo a la UC”.

Acostumbrarse a otro país y otro idioma suena como el desafío más importante, aunque la presencia de dos hermanas ayudarán a Gutiérrez a sentirse como en casa. Sobre su nuevo Club, algo sabe “conozco poco del Twente, se que está al norte de Ámsterdam la ciudad donde voy a vivir, es una ciudad muy pequeña. Sobre el equipo tiene jugadores muy buenos, hay un central brasileño que no lo conozco por nombre y un venezolano. Hay un delantero, De Jong, un goleador que tienen. Se que la camiseta es roja jaja…el estadio es muy lindo, grande”.

No quedan tampoco sensaciones de que algo quedó por hacer, tras levantar la Copa en 2010 y la Copa Chile en 2011 “me hubiese gustado partir quizás con otro título, con una Copa Sudamericana, una Libertadores…hubiese sido estupendo para todos yo creo. Yo me siento preparado para partir, siento que es el momento”, dijo Felipe.

Tres fueron los años, que Felipe Gutiérrez vivió en la “Casa Cruzada”. Es por eso, que al partir, aconseja a los que siguen su camino y quieren triunfar en el fútbol profesional “la verdad que cuando llegué a la residencia, el psicólogo Sergio Villaroel siempre nos decía: “Son muchos jugadores, pero siempre llega sólo uno”.Uno, dos ó tres, creo que ese es el término, que yo no creía porque veía mi división a los 17 años y éramos todos buenos, 10 titulares, todos seleccionados y de un día a otro te das cuenta que es así. Les digo a ellos que luchen porque por muchas condiciones que tengan no siempre llega el mejor. Ese es mi mensaje, que luc