Históricos Cruzados

Sobrio, elegante para distribuir el juego, pero fiero a la hora de ir a la marca y recuperar la posesión del balón. Así podría definirse a uno de los mejores volantes de contención y jugadores más queridos por la parcialidad que han jugado por la Universidad Católica.

El personaje en cuestión es Nelson Parraguez, quien en su curriculum aúna una trayectoria envidiable para cualquier profesional de este deporte.

En 1997, alzó el trofeo de Campeón en el Torneo de Apertura, derrotando a Colo Colo en dos emocionantes finales. Además, compartió el honor, con el plantel de 1993, de alcanzar la final de la Copa Libertadores y con la selección chilena, clasificar y disputar el Mundial de Fútbol de Francia 1998.

Llegó a la Institución en 1982 y tras demostrar sus innegables dotes, fue subido al primer equipo en 1989 y se retiró el 2004. Gran parte de su trayectoria futbolística la vivió en la Católica, pero Necaxa de México y Nueva Chicago de Argentina, también supieron de su sapiencia y rigor sobre el campo de juego.

15 años en el Profesionalismo y siempre vinculado a la UC ¿Qué significado tiene todo este tiempo que jugaste por el Club?

En general no es fácil hacer carreras tan largas en un club y finalmente uno termina encontrándolo natural. De hecho, las veces que me fui a México o Argentina, sentía que esta era mi casa y por lo mismo, siempre mantuve la comunicación con el club. Es un lugar que conozco absolutamente en todos sus ámbitos. Conozco el espacio físico y a toda la gente que lleva años trabajando en el club. Por eso, me siento privilegiado de haber sido parte de una historia cruzada durante los últimos 20 años y eso crea un sentimiento especial. Siento mucho cariño por la institución y valoro la formación que me entregó durante toda mi etapa formativa.

¿El fútbol y la Católica siempre fueron tu primera opción?

Yo antes jugaba sólo en el barrio y en el colegio. No me proyectaba en el fútbol y menos en un equipo. A la Católica llegué a los once años y con el correr del tiempo me fue gustando de inmediato la idea de hacerme futbolista. Pero nunca me imaginé que iba a llegar al primer equipo y disputar los torneos en los que participé.

¿Qué crees que te faltó y que te hubiera gustado conseguir con la Universidad Católica?

Uno siempre puede aspirar a más cosas, sobre todo en ciertas épocas donde se estuvo cerca de conseguir campeonatos y que lamentablemente, por diferentes razones no se pudo lograr. Quizás, en ese aspecto, me quedé con una espina clavada, pero ahora, cuando miro para atrás sería muy ambicioso de mi parte pensar en lo que no obtuve. Por el contrario, me siento muy contento y satisfecho por la carrera lograda. Ahora, por lo que es la UC como institución, me hubiera gustado regalarles más títulos porque se lo merece.