SERGIO LIVINGSTONE
SERGIO LIVINGSTONE
SERGIO LIVINGSTONE
Y es que el “Sapo”, como era apodado cariñosamente por sus compañeros, es sindicado como uno de los mejores (si no el mejor) portero que haya tenido Chile en toda su historia deportiva. De hecho, fue el primer jugador nacional en ser figura en el extranjero y transformarse en capitán del poderoso Racing de Argentina en 1943.
Al primer equipo de la Universidad Católica arribó en 1938 y fue campeón en las temporadas 1949 y 1954. Además, con la selección chilena disputó 61 partidos, entre los cuales cuenta seis sudamericanos, un panamericano y el Mundial de Fútbol de 1950.
¿Qué recuerdos tiene de su paso por la UC?
Yo me siento fundador del fútbol de la Universidad Católica. Antes este deporte estaba desorganizado en la UC y entró en un campeonato. Yo desde el primer momento participé en esa época y jugué 22 temporadas. Fui capitán del equipo y primer seleccionado que tuvo la Católica. Por eso, para mí es un recuerdo muy imperecedero y una forma de vida que tuve durante mucho tiempo.
¿Qué sintió al vestir la camiseta cruzada?
Yo me siento muy identificado porque venía de un colegio católico (El San Ignacio) y yo opté por ingresar a la Universidad Católica. En esa época, uno podía elegir la Universidad y no como ahora que es una verdadera lucha entrar a estudiar a la educación superior. Elegí a la UC porque se identificaba con mi educación y era un sentido lógico prolongar todo aquello.
¿Qué saludo le enviaría a los hinchas de la Universidad Católica?
Les envío un saludo cordial y les diría que la educación es primordial, sobretodo tratándose de la Universidad Católica. La barra tiene que tener un comportamiento de acuerdo a estos principios. No deben decir groserías y menos insultar a los demás. Mucho menos, lanzar proyectiles. La idea es respaldar al equipo siempre y no sólo cuando gana. Cuando eso sucede, es muy fácil ir porque todo es bonito. Pierden y no van más. Hay que tener consecuencia con la asistencia y urbanidad en el comportamiento.